NOWADAYS se presenta como una crítica social, con una
pizca de esperanza ante el tergiversado concepto de valores con el que nos
tropezamos a diario.
Tímidamente, casi fusionándose con el fondo, a modo de wheatpaste
street art; aparece una grúa como metáfora de los bienes tangibles, que en este
primer capítulo no son sino algo meramente anecdótico, dispensable y que
podemos ignorar con cierta facilidad.
NOWADAYS se compone de 3 piezas, las dos restantes me reservo el enseñaros la imagen pues van a participar próximamente en certámenes de obra gráfica.
Así pues, toca tirar de imaginación, y crearos vuestra propia imagen con las descripciones que os hago de ellas.
En el capítulo II, las circunstancias, el entorno, las apariencias, comienzan a hacer mella en el individuo; iniciándose su paulatina metamorfosis…dejando cada vez menos patente su lado humano. Las grúas comienzan a multiplicarse y a tomar una posición más destacada; lo material comienza a ganar terreno al sentimiento; el “qué dirán” avanza desmesuradamente y doblega al idealista.
Y finalmente, en el capítulo III, olvidamos lo que algún
día fuimos, la silueta humanizada ha dejado paso a una sombra que asemeja la
figura de un ave de rapiña. Las grúas emergen cobrando la importancia que le
asignamos a los logros materiales, tan
sólo aquello que puede ser visto y admirado guía los perdidos pasos de quien ha
abandonado su personalidad, en pro de la admiración ajena por lo que tenemos, y
no por lo que somos.
En definitiva, el ser humano ha iniciado un camino de
pérdida constante de valores intangibles, mientras desgasta su tiempo en llenar
los bolsillos de su ego con elementos materiales que a la vista de otros
“demuestren” su estatus, su importancia y el éxito alcanzado.
EL tríptico desarrolla esta historia a través de sus
personajes, el hombre que se deteriora hasta perder su figura antropomórfica y
sustituirla por algo salvaje. Las grúas van trascendiendo y exigiendo su
protagonismo. Los tonos rojizos en la base nos recuerdan que en nuestros actos
arrastramos a otros y provocamos dolor...
Pero como en mi
obra siempre impera la búsqueda del lado positivo por muy severa y mordaz que
sea la crítica; he jugado con un leve giro de los tonos grises tanto del fondo
como de unas de las líneas del suelo, hacia una sutil tonalidad verdosa...pues
dicen que el verde es el color de la esperanza, y la esperanza lo último que se
pierde.
¿Quién sabe? Quizás aún estemos a tiempo de ser mejores
personas...
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